viernes, 5 de julio de 2013

7 de julio de 1947

Puebla, a 7 de julio de 1947

Querida María de la Luz:

Llegué ayer, domingo, a Puebla a las 12 de la noche. Y antes de pasar a contarte mis peripecias, te diré que no ha llegado tu carta, de manera que espero que me la repitas exactamente, ya que me mandabas una de tus amables creaciones (no es burla).

Figúrate que en San Martín Texmelucan me alcanzó Othón antes de que el tren llegara, y me dijo que siempre no había fiesta, pues su papá se había puesto gravemente enfermo y se lo habían traído a Puebla; que en esos momentos él se iba para Puebla; y me dijo que yo me fuera a su hacienda y (que) él me alcanzaría el domingo. Así lo hice, pues me insistió mucho, encargándome a la esposa de su hermano, quien también venía de México. A las 5 pasó el tren y a las 6 ¼ estábamos en la estación Contadero. De ahí anduvimos el camino, que nos llevó en cinco minutos a la Hacienda de Providencia. Nos fue a recibir la familia de Othón.

Yo, en esa tarde, estuve platicando primero con Lorenzo, el hermano de Othón. Después nos invitaron unos ferrocarrileros a tomar el taco, que consistió en tortillas, salmón y chilitos. Y como estábamos enfrente del tinacal, tomamos pulque. Y como ya lo conozco, tomé poco. De tal manera que cuando se puso la cosa fea, me retiré sin despedirme. Para eso, ya se habían ido los hermanos de Othón. Y al rato nos llamaron a cenar. Y como a las 9 ½ me acosté.

El domingo me levanté a las 7 de la mañana y salí a dar un paseo, contemplando el admirable paisaje que se ofrecía a mis ojos: los volcanes, el cielo azul, el campo muy verde; y también se veía La Malinche. Hacía un airecito muy fresco. Pero como estaba yo solo, preferí sentarme a leer. En todo esto, era yo seguido por dos perros de la hacienda, que me hacían fiestas y me acompañaban. A las 9 desayuné. A las 10, fui a la estación por Othón, y ya nos fuimos a pasear a pie, después de haberme cambiado mi traje por uno de charro. Cortamos capulines y platicamos de todos nuestros proyectos, ilusiones y dificultades. Nos fuimos a comer a las 2 de la tarde y después seguimos paseando. Entramos al tinacal y estuvimos con sus hermanos hablando sobre la fermentación del pulque.Después, a las 10, nos fuimos a tomar el tren, y yo llegué aquí a Puebla, como ya te dije, a las 12. Tuve tentación de regresar a México, pero mejor que me vine, pues vine a tiempo a despachar unos asuntos de mi papá, pues en cuanto a mis clases ahora sólo tuve a las 12 una, de manera que no te extrañe si antes del sábado nos vemos, pues además del gusto de verte, los apuntes de Othón me interesan mucho.

Le di el rosario a Laura, pero figúrate que ya se le había roto una cuenta.

Espero que Piedad no les esté dando mucha lata, ni tampoco Margot. Aquí ya quieren que se venga Margot, por sus clases de piano… y la extrañan mucho.

Me gustaría que me dieras detalles sobre el asunto de Lily, pues yo te he dado normas generales, pero sin saber realmente lo que pasa.

Cuéntame qué tal ha estado tu papá y todos. Ya ves que apenas si tenemos oportunidad de platicar. Aquí no abren mis cartas.

Pues, como ves, ya estoy procurando quitar la anormalidad a mi vida. Es decir, estoy descansado. Es por eso que fui a la hacienda de Othón. Yo creo que podré así darte todo lo necesario para que seas feliz y poder quitar obstáculos que dificulten mis más altos ideales.

Dispensa que te escriba tan aprisa y (con) mala letra. Aunque haya la posibilidad de vernos antes del sábado, espero (que) me escribas largamente.

Saludos a mi tía Luchena, a tu mamá, a Titi, a Lily y al ingeniero. Y tú recibe un abrazo de quien no te olvida.

NOTAS. 1. En la segunda fotografía se encuentran, de izquierda a derecha, Lily, María de la Luz, Pitié, abuela Concepción y Margot.

1. San Martín Texmelucan se encuentra en la zona centro oeste de Puebla, a 32 kilómetros de la ciudad capital del estado y a 95 kilómetros de la Ciudad de México. Se trata de un punto estratégico para el comercio de la zona, junto con las ciudades de Tlaxcala y Puebla.  Dicen los que saben que, para la preparación de los chiles en nogada, conviene adquirir el chile poblano en San Martín Texmelucan, pues su sabor ofrece al exquisito platillo un carácter especial y una riqueza memorable. Y ya que tocamos este tema, recordemos que María de la Luz aprende en aquellos años la intrincada ciencia de la preparación de chiles en nogada. Y la aprende para agasajar a Agustín cada 28 de agosto. Años más tarde, los hijos de estos jóvenes amantes fuimos beneficiados por la laboriosidad de su madre. El que esto escribe recuerda haber preguntado alguna vez sobre las particularidades del chile poblano. Lo hizo en la cocina, mientras María de la Luz y su hija Luz Elena se lastimaban los dedos al pelar la nuez de Castilla. Pero de la respuesta sólo recuerda la fugaz mención de San Martín Texmelucan. 

2. Llámase tinacal al barril o al conjunto de barriles de pulque.  Aunque Agustín nunca fue un bebedor, lo cierto es que –en el raro caso de tomar- se inclinaba por la cerveza, el tequila y el pulque, gusto este último que compartió con María de la Luz. Cuenta la leyenda que en la mañana del 23 de octubre de 1955, a la esposa del ingeniero se le antojó un poquito de pulque.  Ni tardo ni perezoso, su marido tomó una botella vacía de la lechería El Rosario y acudió a la pulquería ubicada en la esquina de Progreso y Civilización. Regresó con el néctar de los dioses y lo dio a beber a la sedienta muchacha, quien después de apurar el gozoso líquido encontró más fácilmente el camino del sueño y la placidez matutina (se hallaba en estado de gravidez y a punto de dar a luz).  Horas más tarde, al atardecer, María de la Luz  tuvo un ligero malestar, y comentó a Agustín que acaso el pulque la había indispuesto. ¡No, qué iba a ser…! ¡María de la Luz comenzó a sentirse con ganas de parir! Inmediatamente, Agustín se la llevó al Hospital Francés. A la medianoche, María de la Luz entregaba a la incubadora dos hermosos niños, a los que bautizaron días más tarde con los nombres de Gerardo María Mayela y José Agustín.

3. La Malinche es un volcán inactivo situado al este de la Ciudad de México y al norte de Puebla.


4. El capulín es una especie de cerezo cuyo pequeño fruto va del rojo brillante al negro y tiene un sabor astringente y ácido.

5. ¿Saludos al ingeniero? ¿Qué ingeniero? Investiguemos.

6. "Aquí no abren mis cartas", señala Agustín. ¿Qué significa esto? Arriesgo una hipótesis: en México, alguna de las cartas que ha recibido María de la Luzfue indebidamente abierta por su madre o por su hermana. Esto explicaría lo escrito en la carta de Nené del 26 de junio: "Con diferente actitud trato de comportarme, casi con indolencia ante ciertas cosas. Estoy dispuesta a olvidar totalmente lo ocurrido, pero de ningún modo a pedir perdón".

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