miércoles, 24 de julio de 2013

23 de julio de 1947

México, 23 de julio de 1947.

Querido Agustín:

Suponía lo que con tu carta ahora confirmo, y espero que sea muy pronto cuando mis preguntas tengan su contestación.


No me imagino cuál haya sido la causa de la discusión que tuvieron las muchachas con tu papá, pero lo que siento es que esto, por razón natural, te proporciona malos ratos, que desearía no tuvieras.

¡"Cuando nos veamos"! Cuántas ilusiones se encierran en esas palabras, cuánto amor reunimos para esos instantes y con qué amargura sentimos que esos minutos tan esperados llegan y se van como un suspiro. Pero, sacando fuerzas de lo más profundo de nuestro corazón, decimos: ¿Y eso qué importa, si tenemos aquí, muy dentro, un santuario, en donde vive el ser amado, en donde no existen distancias ni ausencias?

Muchas veces, cuando estoy sola, cierro los ojos y siento como si cerca de mí estuvieras, y hasta te podría decir que oigo tu voz, algunas veces aprobando mis actos, otras... otras diciendo ¡No está bien!

Ya ves, no quiero soñar; y, sin embargo, sé que eso es todo cuanto hago.

Ayer, mi mamá, Lili y yo asistimos a la clase de Geografía que da el ingeniero Escalona. Trató sobre los pueblos patriarcales y (los) matriarcales. ¿Está bien dicho? Puse atención, pues me gusta mucho la Geografía. No puedes imaginarte cuánto siento haber desaprovechado las enseñanzas de mi tío. Créeme que da mucha tristeza haber vivido con un sabio sin haber podido recogerle algo de su sabiduría.

Siempre que comienzo a escribirte, lo hago con el firme propósito de ser breve; pero ya tu ves que esto no lo consigo.

Todos aquí en la casa agradecen tus saludos y envían otros tantos para ti y para todos los de tu casa.

Te quiere
María de la Luz

NOTA. (1) Quiero insistir en el contraste que hay entre la manera de escribir de María de la Luz y la manera de expresarse de Agustín. Ella busca por todos los medios la elocuencia, la elegancia, la dulzura y hasta la poesía. Él, en cambio, tiende al laconismo cuando de expresar sus sentimientos se trata (se extiende, sin embargo, en la crónica de los acontecimientos más triviales y de sus esfuerzos por salir adelante). Ella habla del amor. Él habla de la responsabilidad de amar. Ella vive intensamente su experiencia amorosa -aunque lo hace con angustia y con miedo de no ser debidamente correspondida. Él relata su empeño por alcanzar el mejor método de hacerla feliz (la felicidad de María de la Luz es el objetivo central de Agustín). Ella cuenta los minutos y mide las distancias. Ambos aman desde dos dimensiones distintas: ella ama con el cuerpo, él ama con el alma. El encuentro de un cuerpo que desea con un alma que aspira hacen de esta historia un relato místico donde erotismo y espiritualidad se vuelven inagotables. (2) Al hablar de las "enseñanzas de mi tío", María de la Luz se refiere a José Luis Osorio Mondragón, más conocido en la familia como Pa, para quien construyo una bitácora particular, llamada Paso a Pacito. Si el lector entra ahora, la verá a medio hacer. Hago ahora la promesa de reavivarla, pues de Pa hay también suficiente material. (3) El ingeniero Escalona es un colega de José Luis Osorio Mondragón. Se trata Alberto Escalona Ramos, eminente geógrafo mexicano, autor, entre otros libros, de El espíritu de la Edad Media y América (1959), Una interpretación de la cultura maya (1952) y Cronología y astronomía maya (1940). A la muerte de nuestro venerado Pa (abril de 1944), el ingeniero Escalona mantuvo los lazos de amistad con la familia Osorio Mondragón y vio crecer a las niñas Nené y Lili. (4) La información del punto 3 es cortesía de mi hermana Concepción y de mi tía Lili.


No hay comentarios:

Publicar un comentario