martes, 23 de julio de 2013

22 de julio de 1947

Puebla, a 22 de julio de 1947

Mi querida María de la Luz:

Ayer, al venir de clase de 12, me dijo Laura que me había llegado carta. Inmediatamente, la recogí y me la guardé; pero no la quise leer en esos momentos, pues no tenía calma suficiente. Sin embargo, por lo siguiente verás que sí tenía tiempo, pues a esas horas cogí por segunda vez la guitarra y el método y me puse a practicar media hora. Después, ya comimos. Y fue hasta las 9 1/2 de la noche de ayer cuando abrí ese sobre color de rosa adornado con tu inconfundible y amable letra. Fue así como hasta entonces leí, palabra por palabra, tus letras. Y en realidad, de verdad, necesitaba esa calma que busqué, pues escribes en una forma que... para tratar de contestarte estoy utilizando borrador... y no creo que llegaré a igualarte. No en cuanto a que mis pensamientos, sentimientos e ilusiones queden por abajo de las tuyos, pues bien lo sabe Dios que hace ya tiempo tu felicidad demasiadas veces ocupó mi mente. Decía que no podré igualarte, por mi impericia en expresarme.

Me estoy dando cuenta de toda mi responsabilidad, de esa dulce responsabilidad. Contigo, para mí empieza una nueva vida. En tus palabras usas gran modestia, y realmente voy... o, mejor dicho, vamos a ser escultores de nuestra vida, de nuestro porvenir. Y quiero que te des cuenta de la torpeza de mis manos y mi cincel, no muy a propósito para estas circunstancias trascendentales. Y hay que anteponer sobre todo tu felicidad verdadera. Y que sea la voluntad de Dios. Yo lucharé sin acordarme de mis fracasos. Tú conoces el árbol por sus frutos.

Son ahorita los diez minutos para las 12, y tengo clase de 12. Por eso es que estoy haciendo puros garabatos. Pero no quiero ya demorar más esta carta, pues ahorita me acaba de llegar otra de tus carta; pero, como tú ves, apenas si tengo tiempo de abrirla. Y mejor te contesto hoy en la noche.

Estoy ansioso por verte, e iré lo más pronto posible. El 2 de agosto, ten por seguro que sí voy. Le dije a mi papá lo de la película, y dice que sí irá. Yo estaré pendiente que vaya, pues a mi papá no le gusta el cine. Y será bueno que, cuando vaya, le toque algo bueno, en todos sentidos.

He ido con mis hermanas y María de Lourdes Aguilar Aspiri, a pasear en la noche en el camión de carga. Y hemos ido cantando. Ya me voy a clase. Saludos a tía Luchena, tu mamá, a Tití, a Lili y a todos.

Quien te quiere mucho,
Agustín

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