jueves, 8 de agosto de 2013

11 de agosto de 1947

México, 11 de agosto de 1947.

Querido Agustín:

Ahora en la mañana acompañé a Lili al Centro para que comprara unos botones y, al llegar, me encontré con carta tuya. La leí una, dos, muchas veces, y he quedado confundida con tres palabras... Eres tan bueno que no me siento merecedora de tanta bondad por tu parte y, sobre todo, de tanta felicidad. ¿Qué más puedo decirte? No decirte nada, pero procurar con mis actos ser para ti un eterno agradecimiento y aun más: amarte mucho, todo cuando Dios me lo permita.

No me atrevo a decirte nada respecto a tus estudios, pues bien sabes mi ignorancia en estas cosas; pero Dios, que todo lo pueden te ayudará. ¡Así se lo he pedido siempre! Me doy perfecta cuenta del esfuerzo tan grande que significa para ti el presentar dos materias en estas circunstancias.

Cuando platico con mi papá (seriamente), le huyo a ese tema, que ya es el único motivo de mi felicidad, y prefiero no nombrarte en mis pláticas con él, porque de hacerlo descubriría con facilidad cuánto te quiero. Lo que sí podría asegurar es que (cosa rarísima en él, pero cierta), le has simpatizado.

Espero que con la pomada tus manos estén mejorando. Y tan pronto se te acabe, dímelo, para mandarte más.

El sábado fui con mi papá al Teatro Fábregas, a la función de las 7 ¼. Exhibieron bailes y cantares de España y América. El domingo fuimos al foot-ball, y al mediodía vinieron a comer Monseñor Tristchler, el padre Hugo, el ingeniero Escalona y Bi. Se fueron cerca de las 6.

Si Dios quiere, estaremos en Puebla el día 14, entre 5 ½ y 7, y tal vez no sea posible que nos veamos, por lo que te suplico te reserves nuestra llegada, primero y ante todo porque deberán estar con infinidad de pendientes.

Los dolores de cabeza se han alejado, ahora… cuando ya me estaba acostumbrando a ellos.

Recibe con la presente el inmenso amor de María de la Luz.


NOTA. Esta fotografía corresponde a aquellos días. En ella, María de la Luz conversa con María Rebeca González Castellanos, quien contrajo matrimonio con Ismael, hermano mayor de Agustín, el viernes 15 de agosto, es decir, cuatro días después de escrita la carta presente. María de la Luz y Rebeca se encuentran en casa de Ma (Civilización 43, Colonia Escandón)). María de la Luz y Rebeca están sentadas en una de las bancas del pasillo exterior de la casa. Frente a ellas, se encuentra el hermoso jardín, cuidado en esa época por Ma (Luz Elena Osorio Mondragón) y por la misma María de la Luz. El jardín era casi huerto: convivían en él rosales, higueras, buganvilias y chayoteras. En su carta, María de la Luz habla de viajar a Puebla el jueves 14 de agosto. Supongo que el viaje tiene como fin el asistir a la boda de Ismael y Rebeca. María de la Luz advierte a Agustín que es posible que el jueves no se vean. ya veremos en las cartas de los próximos días qué sucede...

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