sábado, 31 de agosto de 2013

1 de septiembre de 1947


Lunes 1 de septiembre de 1947



No me fue posible salir a misa el día de ayer, pero la recé en el oratorio. Al mediodía llegó Nico. Comió con nosotros. También comió aquí Sergio. En la tarde, subieron a ver los trenes. Después, en el comedor, jugamos con la baraja, el dominó y las damas.

Mi intención era darle a Sergio la carta, para que me la pusiera en el correo; pero no se la di, pues no hubo oportunidad. Será mi tía la que lo haga.

Ahora vino el padre Brambila, y comulgué por… Y seguiré comulgando hasta que vengas.


Nico, hace un rato, salió para comprar su boleto. Volverá pronto, pues mi mamá le dijo que habrá mucho alboroto en el Centro.
Son las 10 a.m. Aún no pasa el cartero, quien, sin duda, me traerá tu carta.

La semana pasada terminé de leer No quiero un sacerdote entre tú y yo. ¿Ya te lo había dicho? Creo que no. 
Pues bien, me gustó mucho y me hizo quererte más, pues gracias a Dios el hombre que será el compañero de mi vida lleva al mismo Jesús en su alma, y por él y para él deseo ser buena, pero buena de veras. Me costará trabajo, es cierto; pero no es menos cierto el que con tu ayuda lograré lo que me propongo.

Hasta… ¡muy pronto! Y mientras, recibe el corazón y la vida entera de María de la Luz.

NOTAS. (1) El padre Antonio Brambila, gran amigo de la familia, es un reconocido teólogo que combinó su sacerdocio con el periodismo. Quien esto escribe recuerda sus artículos en El Excélsior, pero en especial un libro que lo marcó: Que Dios es la mar de raro. (2) El autor del libro mencionado por María de la Luz es Pierre L'Ermite (1863,1959). No debemos confundir a este teólogo francés con Pedro el Eremita, religioso del siglo XI. 

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