sábado, 30 de noviembre de 2013

1 de diciembre de 1947

México, a 1 de diciembre de 1947.

Mi encanto:

¿Cómo está mi muchachito? ¿De veras ya estás bien? Quisiera saber tan seguido de ti. Hoy tenía esperanzas de recibir carta tuya, pero no hubo… Será mañana. ¡Ya tengo muchas ganas de platicar contigo! ¡Hace tanto tiempo que no lo hacemos, y me hace tan feliz!

¿Me preguntas que si te extraño, que si estoy contenta? ¡Ay, vida de mi vida! Bien sabes que sin ti no tengo alegría completa, y sólo Dios sabe cuánto me cuestan estas ausencias.

Te dije que no vinieras el miércoles, pues realmente sería demasiado egoísmo de mi parte hacerte venir por un solo día; pero esto no quiere decir que deje de extrañarte, ni mucho menos que sean pocos mis deseos de verte.

¡Qué bueno que vayas con tus compañeros! ¿Dices que al rancho de uno de ellos? Ya me contarás cuando nos veamos lo que te divertiste, ¿eh, mi muchachito? Pero no hagas locuras, amor mío. Ya no quiero que te vuelvas a enfermar.

El día de hoy, mientras arreglaba la casa, hice un examen leve de mi cariño por ti, y sin comparación es mucho más que hace cinco meses. Mientras más va pasando el tiempo, más voy uniéndote a mi vida, y mis pensamientos y mis ilusiones en ti encuentran su dicha.

No sé qué decirte acerca del trabajo del que me hablaste. ¡El frío es tan excesivo! ¡Los días tan cortos! En fin, Dios quiera que no te haga daño. Abrígate bien. ¡Cuídate mucho! Te espero para ir a ver a la Santísima Virgen de Guadalupe. ¿Verdad que tú también lo deseas? 

Quiere mucho y nunca olvides a quien te adora.

Tuya

María de la Luz

No hay comentarios:

Publicar un comentario