domingo, 10 de noviembre de 2013

9 de noviembre de 1947

Puebla, a 9 de noviembre de 1947.




Mi querida María de la Luz:

Recibí tu carta por entrega inmediata y la leí y releí, y al compararla con mis cartas, sobre todo la última, me dan pena, pues no me salió como yo quería ni es comparable con la tuya. 

En mi anterior te digo que te traté bruscamente por teléfono, y así fue al decirte "¿Nada más para eso me hablas?", cuando en realidad cualquier motivo lo considero muy importante, con tal de oír tu dulce voz, la voz que amo con todas mis fuerzas. También te dijo: "Haz lo que quieras". Eso fue porque no quiero que te molestes. Y me aguantaré mis ansias por ver las fotos, con tal de que no te molestes.

Me imagino contra las cosas que te revelas. Hay que ser consecuente con los superiores de uno, sobre todo en este tiempo en que estamos por formar un hogar y unir dos vidas, pues la voz de Dios sólo se oye por este santo medio de las disposiciones de nuestros superiores, y nuestro amor debe agrandarse. Y mientras más sacrificio, más se agiganta un amor verdadero.

Yo estoy muy contento, en lo posible, sin estar cerca de ti; pero si soy culpable de tu malestar, estoy dispuesto a hacer todo lo que está en mí para que estés bien.

No sabes cuánto te agradezco que me escribas en máquina mis tareas del colegio y todavía más el que te esfuerces por dominar el piano. Esto es para tu bien, para mi bien y para bien de los dos. Yo, apenas pasen mis exámenes, voy a tratar de pulirme, para ser más digno de tu amor.

Al pensar en ti, vuelvo a la realidad de la vida y tengo más confianza en Dios. Tengo muchos proyectos y espero llevarlos a cabo.

Saluda a Ma, a tu mamá, a Titi y a Lily. Y tú recibe el eterno amor de tu Agustín.

P.D. Te mando las fotos. Todavía soy un fotógrafo chambón. Tu retrato me salió encima con la foto de la fuente. La segunda de la fuente salió movida. La de Lily no sé si le gustará (y si quiere romperla, que la rompa). Sólo las dos tuyas… ¡estás magnífica! Una con sombras, pero -como siempre- tú has eclipsado los defectos del fotógrafo.

Agustín.

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