sábado, 21 de septiembre de 2013

21 de septiembre de 1947

México, septiembre 21/47

Querido Agustín:

Probablemente mañana reciba tus cartas. Pero me he puesto a escribirte, pues deseo que ésta salga lo más temprano posible (son las 8:50 pm).

Ayer, en la mañana, sólo salimos la Nena y yo a depositar la carta que envié a Laura. Y en la tarde, a la Sagrada Familia a que Lili se confesara. El día de hoy fuimos a la Congregación. Regresamos y no salimos sino hasta las 5 pm, hora en que Ma nos llevó a la Villa a un asilo de ancianos. Salí con el corazón destrozado al ver semejante espectáculo.

No sé si entendí bien (¡Dios quiera que así sea!), pues no te imaginas qué contenta estaré en poder serte útil en algo, ya que en tantas ocasiones te he causado trastornos. ¿Vendrás y te escribiré? No podría desear nada más, pues es todo cuanto deseo: ayudarte (aunque sea un poquito) y tenerte cerca. ¡Ven! Te prometo formalmente no volver a ser tonta.

¿Te vendaron la mano? ¿Ya no has tenido molestias?

Saluda de nuestra parte a todos. Y tú recibe el inmenso amor de María de la Luz.

P.D. He hecho todo cuanto ha estado a mi alcance para cumplir con tus deseos. Por ti sabré si he logrado complacerte.

NOTAS. (1) Ahora sabemos que, por fin, María de la Luz escribió una carta a Laura, hermana de Agustín, después de haber dejado de hacerlo, por sugerencia de él ("Si no responde a tus cartas, ya no le escribas"). No conocemos el contenido de esta reciente carta, pero podemos suponerlo: María de la Luz habrá aconsejado a su futura cuñada una sabia mezcla de prudencia y obstinación, una combinación de respeto a sus padres y defensa de sus sentimientos hacia el joven Alejandro Barroeta. Es decir, la misma conducta que María de la Luz ha usado para no agitar las aguas de la intolerancia paterna.

(2) Hablemos un poco de los conflictos familiares de Laura Aguilar Rodríguez. Sus padres no aprueban el noviazgo de la hermana de Agustín porque Alejandro tiene fama de noviero y, para colmo, su situación económica parece inestable (tan inestable, a propósito, como la de los varones Aguilar Rodríguez, así que este hecho debería ser irrelevante; en cuanto al primero, la fama de Alejandro, recordemos que estamos en la Puebla de los años 40; si casi setenta años después nos sigue espantando el conservadurismo de los poblanos, imaginemos las dificultades de una joven de entonces para vivir  su amor). Alejandro tiene 27 años de edad, es huérfano de madre (desde muy pequeño) y no cuenta más que con estudios primarios. Trabaja como chofer de camión de pasajeros (antes, manejó una pipa de agua, fue obrero en una fábrica textil y colocó vías de tren en Estados Unidos). Y aunque don Ismael y doña Esperanza no lo ven con buenos ojos, él se irá ganando la confianza y el cariño de sus futuros suegros, e incluso de sus futuros cuñados. ¿Cómo? Con su honestidad, su laboriosidad y su paulatino progreso.

Demos un salto a 2013 y escuchemos las palabras de José Manuel Barroeta, primo hermano del que ahora teclea: "Por fin le dieron oportunidad a mi padre de entrar a la casa de mis abuelos. ¡Pero tuvieron a mis padres muy vigilados! ¡Imagínate la labor de vigilancia de mis tíos maternos! Ismael estuvo a punto de liarse a golpes con mi padre. Y Rafael, Nicolás y Agustín también estaban ahí para cuidar a su hermana Laura. Mi padre siempre ha respetado y querido mucho a la familia de mi madre. Hoy, ella tiene 87 años de edad. Mi padre cumple 93 en octubre Estoy seguro de que se siguen amando como hace más de sesenta años".

(3) La alegría de María de la Luz se debe al hecho de que Agustín ha pedido a su novia que lo ayude a pasar a máquina unos manuscritos.

(4) Seguimos sin tener muy claro el pequeño conflicto que habrá surgido entre Agustín y María de la Luz. Lo único que sabemos es que ambos buscan ansiosamente la reconciliación. Tanto él como ella están dispuestos a asumir toda la culpa, si con ello se evita el distanciamiento.




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