jueves, 26 de diciembre de 2013

27 de diciembre de 1947

Puebla, a 27 de diciembre de 1947.

Mi querida María de la Luz:

Aunque no he recibido carta tuya, te escribo otra vez no ya para echarte un sermón sino para contarte que llegué bien a Puebla. El asiento no eran tan incómodo. Al llegar a Río Frío, me bajé y tomé un caldo de habas, dos huevos con arroz y una cerveza. Llegué, como te digo, cuando estaban acabando de comer. Yo comí  unos chayotes, cacahuates garapiñados y buñuelos (estos últimos nos los regalaron las Madres de la Cruz). Como a las diez, empezamos a cenar con lo que habían hecho Esperanza y Teresa, y tomamos muchas cosas. Estuvimos contentos. Fueron dos invitadas, Agustín Azpiri y un señor Federico (protagonista del incidente que tuvimos en la cena de despedida). A las doce ya habíamos acabado de cenar y se empezó a bailar. Mientras, mi mamá y Laura se fueron a misa de doce. Me invitaban, pero yo tenía mucho sueño, de tal manera que de la mesa me dirigí a mi cama. 


Dispénsame que no haya ido a misa, pero en esos momentos tenía yo la idea de que sólo te había dicho que estaría despierto a las 12; pero ahora que me lo recordaste por teléfono, me parece que te dije que yo también iba a misa, de modo que te suplico me dispenses. Pero, de veras, no me vas a creer, pues estuve soñando contigo de la siguiente manera: y es que tú y Lili venían aquí, a Puebla, y te veía yo con una claridad asombrosa.

Después me contaron mis hermanos que habían echado un vacilón, pues todos se habían pintado de negro. Se acostaron a las dos de la mañana.

Te escribí el 25 en la tarde, y hasta no acabar la carta me fui a la fiestecita que nos invitó  tío Lucas. Ya llegué tarde: ya habían roto la piñata y comido gran parte de las cosas. Yo tomé un ponche y unos buñuelos y me senté. Eran las siete y nos fuimos a las nueve. Hubo baile, pero yo, como te he dicho, no bailo si no es con mi María de la Luz.

No se qué te haya parecido mi carta anterior, pero te la he escrito con el corazón y por eso es que muchas ideas están incompletas. Ya te escribiré más largamente. Dispénsame la letra. 

Quisiera hacerte inocente, pero ya que no puedo desde aquí, lo haré aquí:



Recibe el cariño de quien te adora.

Agustín

P.D. No es claro si Agustín escribió una carta anterior a ésta el 25 de diciembre. De ser así, desapareció, pues no se encontraba en el envoltorio hecho y conservado por María de la Luz durante toda su vida.  Nuestra duda se resuelve días más tarde, en la carta del 7 de enero de 1948, donde Agustín señala: "Fui ahora al correo (…) y no saben nada (…) y dicen que hay que reclamarla allá en México. Yo estoy seguro de que la puse bien."

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