Puebla, a 31 de julio de 1947.
Mi querida María de la Luz:
Son en estos momentos las 7 ½ , y antes
de irme a trabajar quiero que esté lista esta carta, en donde quisiera, como
siempre, decirte muchas cosas; pero ya no tengo tiempo y solamente te diré que
me dispenses que no te haya escrito antes, pero no he tenido tiempo y ni
siquiera he practicado la guitarra. Tengo que organizar mi vida, como creo ya
te lo he dicho, para estar a la altura de las circunstancias.
En tu carta anterior me dices que has escrito
versos, de lo cual no me hablaste para nada en esta vez que estuve. ¿Qué te
pasó?
Esperando que estés muy bien de salud y
también todos los de por allá, se despide quien te quiere…
Agustín
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