México,
28 de julio, 1947.
Mi
bien:
Dios
quiera que hayas llegado a tiempo para todo cuanto necesitabas hacer. En estos
momentos son las 7 ½ p.m. y ya está obscureciendo. Después
de que te fuiste, acompañé a mi tía a recoger las refacciones del coche. Más
tarde y como ella tenía otras ocupaciones, me dejó en Bucareli, en donde tomé
un camión Santa María, que me trajo a la casa. Ahora,
en la tarde, fuimos mi mamá, Lili y yo con mi papá al Puerto de Liverpool a
hacer algunas compras, y hasta hace unos minutos que regresamos. Mañana
continuaré escribiendo, pues quiere mi tía que le dé más puntadas a unos
purificadores. ¡Hasta mañana!
(En la misma hoja) Julio
29-1947
Hubiera
deseado escribirte más temprano, pero esto no fue posible. Y voy a decirte el
porqué: mi mamá y yo fuimos a Mixcoac a la casa de los Padres Paulinos, a la
primera misa que se celebra en dicha casa. El oratorio es una monería. Apenas
si cabíamos cinco personas, imagínate. Es como la mitad del de aquí. La misa
fue a las 8, pero nosotros estuvimos desde a las 7 ¼. Después de terminada la
misa, quiso el padre que desayunáramos con él. Aceptó mi mamá, aunque con mucha
pena por mi parte. En desayunar y que mi mamá habló de lo lindo, nos dieron las
10 ½. Regresamos a la casa cerca de las 11, hora en que comencé a arreglar la
casa y… se fue la mañana.
Pero
dejemos tanto detalle y tanta cosa sin importancia, para saber: ¿Cómo va tu
trabajo? ¿Tus clases? ¡Cuéntame! Ya sabes cuánto me interesa todo esto.
Saluda
con mucho cariño a mis tíos y, como siempre, a todos y cada uno.
Te
quiere con toda el alma
María
de la Luz
Agustín
A
ti, a quien quiero tanto,
gozosa
te vengo a decir:
¡una
sola vez he amado,
sólo
una y es a ti!
Tengo
a Dios como testigo,
impartiéndonos
su bendición.
No
lo olvides, corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario