sábado, 28 de septiembre de 2013

28 de septiembre de 1947

Puebla, a 28 de septiembre de 1947.

Mi querida María de la Luz:

Son las 9 de la mañana y todavía no voy a misa, pues desperté a las 8. Como ves, mi mano está torpe. Pero yo ya no me vuelvo a enyesar, por lo menos mientras esté en el colegio, pues ya ves que solamente yo puedo con lo que tengo que hacer. Puedo dibujar mejor de lo que escribo, que para mí es lo más importante. Además de esto, tengo que hacer un trabajo de mi papá y tengo que tener las dos manos libres. De modo que ya me quité aun el yeso que tú viste que me quedaba. Tengo que manejar el teodolito. El próximo sábado o domingo, voy a ir a Tlatlauquitepec, que es por Zaragoza, por la carretera a Nautla, antes de llegar a Teziutlán. De tal manera que no iré el 5 a ver tus hermosos ojos que quiero tanto y que no me gusta ver llorar o, por lo menos, saber si yo puedo remediar ese llanto.

Yo creo que me curaré de mi dedo sin estar enyesado, aunque quizá en más tiempo. Solamente me duele cuando lo doblo, de tal manera que no puedo cerrar el punto; pero creo que esto se me pasará. Lo único que sentiría es que me quedara así y no pudiera tocar la guitarra, que no pierdo la esperanza de aprender.

Ya me voy a misa, de tal modo que me saludas a todos. Y tú recibe un abrazo y un beso de quien te quiere y te ha dado toda su alma.

Agustín

NOTA. Tlatlauquitepec es un municipio poblano. 65 años después de escrita la carta presente, su ciudad cabecera (del mismo nombre) fue declarada Pueblo Mágico.


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