Puebla,
a 28 de junio de 1947
Querida
María de la Luz:
Hubiese
querido contestarte ayer mismo, pero hasta esta hora (7 de la noche) tuve la
calma suficiente para hacerlo, pues he estado preparando los reconocimientos
que tengo el lunes y ya sabes que lo que se siembra es lo que recoge uno.
Acabó
la semana y no tuve ningún reconocimiento, de manera que no te puedo precisar
la fecha de mi visita por allá. Sin embargo, espero recibir más seguido carta
tuya, y yo haré lo mismo. Cuéntame qué películas ves.
Respecto
a la indolencia que te refieres, más bien debe ser una indiferencia la que
tengas. Y recuerda las palabras del sermón que oímos el domingo 22 en San
Francisco, que son las siguientes: que las acciones de la vida deben ser
prácticas, razonables y generosas.
Hace
rato salí en el camión de carga que Ismael compró hoy, nuevecito, marca
Chevrolet 1946. Fui con Margot e iba manejando un empleado nuevo que tiene mi
papá en el despacho. Yo me quedé y se fue Ismael con el chófer a guardarlo.
Este camión está destinado a servir y abastecer las obras de mi papá. Como
comprenderás, ya voy a tener más oportunidad de aprender a manejar. Temo ser
un chófer chambón, pero ya veremos cómo soy.
Hoy
en la mañana fui al campo a medir unos terrenos, de modo que ves que tengo
otras ocupaciones aun en plenos reconocimientos. Esto no sé si sea señal de
prosperidad o más bien desorden.
Procuraré
ir a México en esta semana, si no es que me lo impiden mis reconocimientos.
No
eches en saco roto las ideas sobre el cine que le expresaba yo a Piedad. Hay
problemas que me apasionan, aun quizá sin derecho a abordarlos. Pero me gustará
tarde o temprano darles solución.
Mi
hermano Nicolás ya viene de vacaciones. Sale de Monterrey el lunes 30 en la
noche, con el señor Bernal. Tengo mucha satisfacción de que Nicolás esté
estudiando y no se esté engañando como yo. Sin embargo, tengo confianza en que
Dios no me abandonará y me dará fuerzas para no fallarte.
Saludos
a tía Luchena, a tu mamá, a Tití, a tu papá y a Lily.
Quien
te recuerda en todo momento
Agustín
NOTAS. Ismael es el hermano mayor de Agustín (todos lo conocimos como Tío Mayito). Margot es Mago, sobrina de Agustín (hija de su hermana Teresa).
Como muchas otras cartas de Agustín, ésta está duplicada. No es fácil, sin embargo, distinguir cuál es el borrador y cuál es la que recibió María de la Luz, porque ambas están trazadas con sorprendente pulcritud. Es decir, Agustín no repite la carta por haber cometido algún error de escritura, sino que su borrador es un ensayo de lo que desea comunicar. En esto se parece al escritor de novelas que transcribe sus manuscritos en búsqueda de la perfección formal, de la imagen correcta, de la frase atinada… y con el deseo de añadir o eliminar elementos. He optado por incluir todo lo escrito y subrayar aquello que se borró o se incluyó en la carta definitiva. Ya sabremos más adelante, cuando María de la Luz responda, si ella llegó a leer lo subrayado.
Como muchas otras cartas de Agustín, ésta está duplicada. No es fácil, sin embargo, distinguir cuál es el borrador y cuál es la que recibió María de la Luz, porque ambas están trazadas con sorprendente pulcritud. Es decir, Agustín no repite la carta por haber cometido algún error de escritura, sino que su borrador es un ensayo de lo que desea comunicar. En esto se parece al escritor de novelas que transcribe sus manuscritos en búsqueda de la perfección formal, de la imagen correcta, de la frase atinada… y con el deseo de añadir o eliminar elementos. He optado por incluir todo lo escrito y subrayar aquello que se borró o se incluyó en la carta definitiva. Ya sabremos más adelante, cuando María de la Luz responda, si ella llegó a leer lo subrayado.
En
esta carta se nos revelan varios aspectos de la personalidad de Agustín.
El primero de
ellos tiene que ver con sus estudios de Ingeniería Civil. Muchos años más
tarde, mi padre me confesó que en realidad él hubiera querido estudiar Historia.
Dicha confesión ulterior me hace entender aquello que dice sobre su hermano
menor (las negritas son mías): Tengo mucha satisfacción de que Nicolás esté
estudiando y no sé esté engañando como
yo. Sin embargo, tengo confianza en que Dios no me abandonará y me dará
fuerzas para no fallarte. Leo entre
líneas que la ingeniería civil no es su mayor predilección, que la estudia para
cumplir con las expectativas que sus padres y María de la Luz han puesto en él.
Él quisiera dedicarse a la historia, a la reflexión filosófica y a la
contemplación.
Esto, a su vez,
nos permite entender su interés por saber qué películas ve María de la Luz: porque hay problemas que me apasionan, aun quizá sin derecho a abordarlos. Pero me
gustará tarde o temprano darles solución.
Advirtamos,
entonces y a propósito, que la fe de Agustín no es causa sino efecto de su
pasión por las ideas.*
Hay en este joven un profundo y singular interés en los
temas de índole moral. La ingeniería ahí está, presente, ocupándolo, sí, pero
lo que lo llena de alegría es lo referente a la moral, a la religión, a la teología,
a la historia, a la filosofía toda. Y ahora, con su
prima, se le presenta la oportunidad de modelar el alma tierna de un ser puro,
la oportunidad de ser Pigmalión y esculpir con paciencia y cariño la vida de la joven. ¡Quiere ser el
preceptor moral de María de la Luz! No sabe, sin embargo, que se ha encontrado
con una mujer que vive en su interior su propia construcción moral e
intelectual, y que esa construcción está siendo envuelta por un carácter
fuerte, por la búsqueda de
independencia, por una particular visión del mundo, por pensamientos propios y por
la capacidad de defender lo justo y lo bueno.
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