Puebla,
a 24 de junio de 1947
Estimada
María de la Luz:
Antes
de que pasen más días, deseo que esta carta llegue a ti, de tal manera que me
contestes y así pueda yo deleitarme en tus adorables letras. Espero que mis
consejos te hayan dado tranquilidad. Aunque sé que es bien difícil tu posición,
sobre todo debes confiar en Dios. Esto te hará recordar algo que te dije cuando
llegábamos de Rancho Colorado a ésta tu casa, en que me dijiste “pesimista”...
Ya
te he dicho que realmente no sé lo que soy, o más bien, lo que he sido, pues lo
que soy actualmente es el ser más feliz de la Tierra, y no sé si estoy soñando
o es verdad; pero si estoy soñando no quiero despertar, y si es verdad quiero
hacerme responsable. Es por eso que quitaré todo obstáculo, ya sea en mi
interior, ya en el exterior, que me impida hacerte feliz de la manera que tú
quieras.
Te
he dicho que no desplegaré todas las velas, pero te he querido decir con esto
que la única que quedará recogida es la de ponerte todas las cosas color de
rosa. Más bien, te las presentaré tal como son.
Yo,
actualmente, quisiera darte multitud de bienes; pero lo único que puedo darte
es mi voluntad, a la cual podrás valorar mediante sus hechos y frutos, sobre
todo los futuros, que procuraré que sean los más adecuados a todo lo que
mereces.
Hoy
fue cumpleaños de mi mamá. Fui a comulgar a la Catedral
a las 9 ½. En la comida, además de nosotros, sólo estuvo Agustín Azpiri. Al
final, empezaron a jugar a embarrarse la cara con mango. Imagínate las risas y
las caras de mi mamá y de todos.
Hasta
ahorita no he tenido reconocimientos. Saludos a tía Luchena, a tu mamá, a Tití
y también a Lily.
Quien
no te olvida
Agustín
NOTAS.
Hay de esta carta un borrador. En dicho borrador, el párrafo donde Agustín advierte
que pondrá las cosas “tal y como son” cierra de otra manera: Pero aun esto
(ponerte las cosas color de rosa) lo haré, si tú lo quieres.
¿Por qué
desaparece ese tierno y candoroso eppur si muove? Porque, a sus 23 años de
edad, Agustín tiene un arrebato de sensatez amorosa. Lo que María de la Luz
llama “pesimismo” es en realidad un honesto y prudente apego a la realidad.
Seguramente, las noches de Agustín se llenan de sueños de abundancia y
prodigalidad, sueños que se construyen con la urgente necesidad de ofrecer
evidencias de su amor a esa joven de 21 años de edad que, para colmo de
dificultades, es su prima. Las vigilias de Agustín son, a diferencia de sus ilusiones, veredas de
apuros y penurias, y mal haría el joven estudiante de Ingeniería Civil si
olvidase esa realidad (contra la que piensa luchar a brazo partido) y cediese
ante un posible capricho de María de la Luz...
¡Pero el temor de Agustín es
absolutamente infundado! Se ha topado con una muchacha muy especial, un alma pura que no anhela tesoros sino vida, mucha vida. El
capricho no es parte de su carácter y menos de su moral. Aunque María de la Luz
vivió su infancia y su adolescencia en situaciones de relativa comodidad, en
realidad fue educada dentro del espíritu cristiano de austeridad y alegre
sencillez. Nené no conoció las penurias de los Aguilar Rodríguez ni las bonanzas
finiseculares de los Mondragón, sino que vivió la sobriedad de los Osorio (¡y de
los Tagle!), donde el color de rosa sólo pintaba los algodones de dulce de
Chapultepec, en el mejor de los casos.
Ambas bellisimas! La carta de tu Padre y el relato que tu ofreces realmente bellos!
ResponderEliminarPor salir de ti, un experto en la caza del pasado y en la exploración de los recuerdos, tus palabras son muy valiosas. Gracias, Felipe.
ResponderEliminarYo me perdí. En la carta anterior Nona dice: En estos últimos días me han sucedido cosas muy malas. Ya en otra ocasión y con calma te contaré... Tal vez tú puedas ayudarme.
ResponderEliminar¿A qué se refería? ¿Acaso nos encontraremos con algunos temas perdidos o bien privados?
Para aclarar tu duda, Pati, te sugiero que leas la carta de Nona del 26 de junio de 1947 (es decir, la que subí más recientemente). Lee también las notas al pie de esa carta. Nada grave, sólo un pequeño disgusto (o grande) con tía Lily. No sabemos exactamente en que consistió el disgusto, pero es casi seguro de que se trata de una confidencia de un desencuentro entre la verticalidad de Nona y las incorrecciones adolescentes de su hermana. Es posible que haya habido algún insulto o alguna mofa. Y también es posible que el consejo de Pane haya sido el de ceñirse a la caridad cristiana (paciencia, comprensión, flexibilidad... y perdón).
ResponderEliminarEs importante, Pati, que recordemos la edad en la que se encuentran nuestros personajes en este momento: Pane, 23 años; Nona 19; Lily, 18 años.
ResponderEliminarFe de erratas: Nona tiene 21 años en 1947.
ResponderEliminar... gracias Tino, muchas gracias
ResponderEliminarY viene muchas cosas más, Beatrice.
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